Labrador Retriever

Enérgicos, amables y muy fuertes, los perros Labrador Retriever son de los más populares y queridos del planeta. ¿De dónde proceden? ¿Cómo son? Los conocemos un poco más de cerca.

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Origen

La raza Labrador es relativamente reciente: su origen se remonta a fines del siglo XIX, época de la que datan los primeros registros. Los perros Labrador Retriever proceden de la provincia de Terranova y Labrador (originalmente Newfoundland and Labrador), en la costa atlántica de Canadá.

Los antepasados de estos animales son los perros de aguas de San Juan, a su vez procedentes de la cruza de perros de trabajo ingleses, irlandeses y portugueses. De acuerdo a la creencia popular, los perros Labrador Retriever eran utilizados por los pescadores canadienses para recuperar su pesca.

La raza también recibe el nombre de Perdiguero de Labrador o Cobrador de Labrador.

Físico

Los perros Labrador Retriever son canes de complexión grande y muy fuerte, que muchas veces se exceden de peso al punto que su fisonomía cambia radicalmente. Tanto el pecho como las costillas y la región posterior son de una anchura y fortaleza considerables.

El manto es uno de los aspectos distintivos de la raza. Aunque al tocarlo puede parecer de gran dureza, el pelo ha de ser corto y de mucha densidad y carente de flecos u ondas; es posible descubrir una segunda capa de pelaje que resulta extremadamente resistente al agua.

¿Cuánto miden los Labradores Retriever? Mientras que los perros Labrador Retriever machos pueden medir entre 56 y 57 cm (altura a la cruz), las hembras alcanzan una medida promedio de 54 a 56 cm. El peso oscila entre los 27 y  los 40 kg, y es preciso tener presente que se trata de animales capaces de un gran exceso de kilos.

Carácter

Animados, ágiles y muy compañeros, los perros Labrador Retriever son muy inteligentes y resultan una gran elección para la vida familiar. Tienen un olfato excelente, por lo que es poco probable que se les escape algo. No suelen mostrar señales de agresividad, aunque tampoco son tímidos.

Como norma general, un perro de esta raza es un animal que se adapta a toda situación y es fácil de entrenar debido a su gran docilidad. Debemos considerar que se trata de un ser muy activo, por lo que es necesario tomar ciertas precauciones.

Cuidados necesarios

Los perros Labrador Retriever suelen ser animales sanos y muy enérgicos. Sin embargo, pueden presentar algunas condiciones como la displasia de cadera y codo o la luxación de rotula, además de problemas oculares como distrofia corneal y cataratas. En estos últimos casos, es recomendable realizar consultas periódicas con un profesional calificado en oftalmología veterinaria.

El sobrepeso es otro de los problemas a los que los Labradores están muy expuestos y que puede generar varios inconvenientes (como las displasias mencionadas). Por ello aconsejamos diseñar un plan de alimentación y ejercicio que les permita alcanzar y mantener su peso ideal.