Probablemente una de la razas caninas más populares del planeta, la raza Dálmata tiene una historia de varios siglos. Conocemos un poco más de estos animales versátiles, alegres y compañeros.
Origen
Es aceptado que el nacimiento de la raza Dálmata se produjo en Europa del Este durante el siglo XV, con una fuerte presencia de la provincia de Dalmacia (hoy perteneciente a Croacia). Del nombre en latín de esta provincia, Dalmatia, proviene la denominación de la raza.
Los primeros escritos sobre estos perros datan del año 1719; allí se los llamaba “Canis Dalmaticus”. Originalmente se les utilizaba como perros guardianes o para desarrollar actividades de cacería; de allí que tengan el instinto de sabueso muy presente.
Físico
Los perros de la raza Dálmata se caracterizan por tener un cuerpo musculoso, de forma rectangular y muy fuerte, con una cabeza en forma de prisma y un pecho profundo. Su pelo es corto, brillante y muy duro; su piel muestra las manchas de color negro o hígado (marrón) por las que son reconocibles al instante.
Los Dálmata machos pueden medir entre 56 y 62 cm (altura a la cruz), mientras que las hembras miden entre 54 y 60 cm.
Carácter
¿Está pensando en incorporar un Dálmata a la vida familiar? En ese caso ha de saber que se trata de animales alegres, muy activos, leales y capaces de seguir instrucciones con facilidad, por lo que resulta relativamente sencillo entrenarlos. Generalmente mantienen una actitud amigable, aunque también pueden ser muy independientes.
Cuidados necesarios
Al tratarse de perros activos y fuertes, los Dálmata requieren de mucho ejercicio por lo que se recomienda mantenerlos en espacios abiertos en los que puedan pasear y correr a sus anchas.
Un apunte especial: los Dálmata son reconocidos como los únicos mamíferos uricotélicos. ¿Qué quiere decir esto? Básicamente que uno de los principales elementos de su orina es ácido úrico, cuando el resto de las razas caninas expulsan principalmente urea; esto hace que sean muy propensos a la formación de cálculos renales y cálculos urinarios.
Una dieta saludable, mucha agua y ejercicio son tres medidas que contribuyen a atenuar la aparición de los cálculos mencionados.
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